alfiletero de algodón blanco y cinta métrica de costura amarilla

¿Por qué bordar hoy? Motivación y propósito para enhebrar una aguja en el siglo XXI

Desde hace unos días circula por instagram una nueva tendencia que se está haciendo viral. Hay muchas versiones, pero más o menos todas siguen el mismo formato: en el vídeo se ve a una mujer joven bordando y sobre ella se lee el texto «me propuse desafiar los estereotipos de género, pero tengo el mismo pasatiempo que un ama de casa del siglo XVIII».


En primer lugar, aclarar que el bordado –como cualquier tipo de creación textil– era un pasatiempo para un determinado sector de la sociedad; pero, para muchas otras personas, la creación con textiles era y sigue siendo un medio de vida.


Ocupar el tiempo bordando era algo que se podían permitir las personas que tenían tiempo libre, mientras que otra parte de la población, con una situación económica menos holgada, encontraba en el textil una fuente de ingresos complementaria.


Incluso para muchas mujeres, el bordado se convirtió en un medio para conseguir recursos económicos propios.


Sin embargo, el estereotipo de mujer burguesa que se entretiene bordando sobrevivió hasta nuestros días. Es otra forma de restar valor a las tareas realizadas mayoritariamente por mujeres, del mismo modo que se extiende la idea de que asumimos las tareas de cuidados –precarizadas e invisibilizadas– porque somos la fuente del amor universal…


Es cierto que a día de hoy, en un mundo industrializado y globalizado, el rol del textil ha cambiado; pero, en cualquier caso, creo que todas y todos los que decidimos enhebrar una aguja cada día pretendemos algo más que simplemente «pasar el tiempo».

Tiempo para mí


Bordar es una forma de dedicarme tiempo de calidad. Es algo que hago porque quiero y como quiero, no es una obligación ni hay ninguna expectativa; simplemente es un espacio en el que estoy a solas con mis pensamientos y disfruto conversando conmigo misma.

Esta actividad me permite bajar revoluciones, desconectar de la vorágine del día y disfrutar de una pausa al ritmo lento de cada puntada. Bordar, para mí, es una práctica de autocuidado.

carretes de hilo de madera en diferentes colores junto a cinta métrica de costura amarilla

Expresión personal


Crear mis propios diseños, combinar colores, mezclar materiales, buscar nuevas aplicaciones… Más allá de un simple pasatiempo, para mí el bordado es una práctica creativa; un espacio en el que puedo dar rienda suelta a mi imaginación y atreverme a expresarme de manera auténtica.


Consumo responsable y sostenibilidad


Confeccionar, remendar e intervenir mis propias prendas con bordado es una forma de reducir el consumo, alargar la vida útil de las prendas y otorgarles más valor. Teniendo en cuenta que la industria textil es una de las más contaminantes del planeta, caminar hacia la autosuficiencia es un grano de arena importante dentro del ámbito de la acción individual.


Activismo de la belleza


Crear para mí, crear para otros. Materializar el cariño en objetos confeccionados a mano, crear belleza en un mundo cada vez más hostil, sigue siendo una de mis principales motivaciones a la hora de ponerme manos a la obra.


Además de todas estas razones, crear con textiles aporta un montón de beneficios como: disminuir el estrés, favorecer la concentración y la paciencia, reducir la ansiedad, la presión arterial y el ritmo cardíaco, aumentar la autoestima y brindar sensación de logro y realización.


Por eso, desde hace más de diez años, elijo seguir enhebrando mis agujas cada día. Ahora me gustaría saber, ¿por qué bordas tú?


¡Te leo en los comentarios!

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2 respuestas a “¿Por qué bordar hoy? Motivación y propósito para enhebrar una aguja en el siglo XXI”

  1. Bordar me devuelve la serenidad.
    Bordar me conecta con los momentos compartidos con mi madre, cuando era niña y ella me enseñaba a pasear la aguja por la tela.
    Bordar permite escucharme mientras las aguja baila entre mis dedos.
    Bordar me encanta…

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